El día comienza al adquirir conciencia, y con los ojos cerrados puedo disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.
Una cama a la temperatura perfecta, con mi sabana favorita me abrazan con amor como primer cosas en el día; a lo lejos escucho los gallos y gallinas con su romance mañanero. ¿Qué hora es? Las tres de la mañana. Normalmente el estrés de no haber dormido se apoderaria de mi, pero hoy no, hoy he decidido disfrutar cada cosa del día. Lo primero que veo al abrir los ojos son sus caritas de emoción de empezar un nuevo día, y entre caricias, abrazos y uno que otro razguño, nos quedamos en cama un rato más.Poco a poco la luz del cielo aclara, y me dispongo a disfrutar el bello amanecer. Las nubes se van pintando de naranja y rosa, y poco a poco los primeros rayos de sol tocan mi rostro.
En mi ventana, mi lugar favorito, recibo un nuevo día con un cigarro, pero está vez el cigarro lo tomo lentamente, y sin prisa ni ansiedad.
Mis gatas me acompañan, tomamos el aire mañanero de esta vieja ciudad y poco a poco comienzan a escucharse a lo lejos los autos de quienes se dirigen al trabajo.
Llegada la hora, me dispongo a darme un baño, agua caliente a la temperatura perfecta me abraza de nuevo y quisiera que ese momento no acabara.
Me arreglo y abrazos un poco más a mis gatas, son mi vida y yo las de ellas.
Al salir rumbo a la escuela escucho mis canciones favoritas, y el bus viene lleno hoy, pero no importa porque todos vamos danzando nuestra danza interna de un nuevo amanecer.
Al llegar a la parada suceden muchas cosas, hay mucha gente, unos con prisa, otros lentos, cada quien en su mundo interno.
Caminar es toda una experiencia, el cuerpo casi no me responde pero me distraigo del dolor viendo el paisaje. Pequeñas flores adornan las banquetas y el pasto recién cortado da un aroma peculiar al paisaje. Entre el pasto veo unos pequeños hongos, parados como maniquíes que me recuerdan lo contrastante de la vida. Y deseo ser una planta y solo existir para ser contemplada. Rápidamente me doy cuenta de que mi deseo es insulso y que soy más feliz admirando la creación del universo.
Corre el aire y mueve mi cabello, huelo mi perfume y me alegro de parecerme por un momento a una flor. Tal vez soy la flor del universo de alguien y solo queda esperar a que alguien llegué a admirarme.
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